En mi boca el Diablo cocinó
la Biblia que Dios merendó,
cuando el infierno duerme en un sillón
niega Freud su camisón
La sombra engaña a su imán
en mi mano está el disfraz,
aquí no estoy
Junto a Alicia, la infiel,
el espejo atravesé
aquí no estoy
No hay suicidio en el sol
que apagarlo podría,
muerto el cazador
el oso se jubila,
nunca la mirada,
vendo la vitrina
aquí no estoy
No habrá timón que por un cuerpo de cristal
a mí me obligue a naufragar,
suelto el puñal con la astucia del milagro,
no me vengas a implorar
Claro que el dolor no será aliviado
muerdo la paleta, pero no el helado
Con el delincuente, nace su candado
aquí no estoy
II
En mi boca el Diablo cocinó
la Biblia que Dios merendó,
cuando el Infierno duerme en un sillón
niega Freud su camisón
Intenta el ciego ocupar de su jaula la mitad,
por soledad
El silencio será la navaja del rival
al gato aullar
¿De qué sirve golpear si tu cuerpo es un árbol?
subo a la cornisa, y con los pies de barro
libro el barrilete, pero no el pecado
aquí no estoy
Fue la distancia de tu anillo
que un camino amarillo despertó,
guardo la brújula del cuento
que este autor descuartizó
Crucé a Panamá, y aprendí cuando el mar no sueña
es primavera, y esta penitencia
ya no es esclava de mi periferia
Aquí estoy.