Ni un hotel cinco estrellas, ni un piso en el barrio más chic.
Cuando viajo, donde realmente me siento cómodo es en una lavandería.
No se. La espuma me calma, el ruido de los motores me acuna.
Si hay ropa girando: ahí me encuentran.
Por supuesto que es una obsesión. Pero no me molesta, la practico.
En las tres imágenes: Berlin, Amsterdam y Barcelona.
La muerte de la mugre. La consagración de mi tara.
Freud ya sabe donde colgar los calcetines.
No puedo quejarme. Durante la pandemia pude conservar el trabajo, y mi salud. Los que amo están bien. Sería un cerdo, si lo hiciera.
Pero una de mis ilusiones ha sido siempre viajar. Durante 10 años lo hice con avidez.
Hoy a 365 días de mi último marcopolismo, estoy en Buenos Aires.
Por eso decidí reactivar aquellas rutas.
Hasta el primero de marzo próximo, iré soltando fotografías de aquellas bitácoras.
No creo en la melancolía. Acá se ejercita la alegría.
Cuando viajo voy bastante al Teatro, pero a Broadway no voy.
No me divierte pagar una entrada cara para ver espectáculos con emociones mecanizadas, lavadas. Por más que estén llenos de chiches y grandes producciones.
Admito el prejuicio, pero cuando veo bajar de los micros a los turistas para ver éxitos de Disney, rajo para el otro lado.
Y es que al Teatro le exijo. Justamente eso: ver Teatro. Emocionarme.
Anoche vimos “West Side Story” con Dirección de Ivo van Hove. La puesta en escena no incluye las míticas coreografías de Jerome Robins, así que yo seguía sumando desconfianzas.
A los pocos minutos de iniciado el espectáculo, la belleza de sus imágenes y la sinceridad con la que el elenco abordaba el material fue seduciéndome, maravillándome.
Empecé a llorar como un niño. Y como un adulto que sabe lo que está viendo.
Conozco mucho la pieza, y saber lo escena que vendría no me alejaba, sino por el contrarío me permitía disfrutar las decisiones que tomó el Director. Lo que hace Isaac Powell interpretando a Tony es fantástico.
Seguramente este trabajo va a dar la vuelta al mundo. Está plagado de hallazgos y sabrán sacarle partido. La función que vimos hoy fue de pre estreno. Entiendo que la semana que viene entra la prensa.
Y un detalle más para knockear mi prejuicio, el nombre de la sala: BROADWAY THEATRE.
La próxima vez que levante mi dedo de juicio me dan un zapatillazo en el marulo. Cuentan con mi total consentimiento.
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