Estando en Mar del Plata en 2022, viendo Netflix, descubro que una locación de la serie Uncoupled es el edificio The Aurora donde paré en 2020 en Nueva York.
Estando en Mar del Plata en 2022, viendo Netflix, descubro que una locación de la serie Uncoupled es el edificio The Aurora donde paré en 2020 en Nueva York.
Yo tenía 16 años, la democracia había vuelto recién al país, y en un sucucho de la Galería París compré aquel cassette.
“Aquí estoy”, de Nacha Guevara, con traducciones de Kado Kostzer. Allí por primera vez escuché a Stephen Sondheim.
Con paciencia de abuelita fui acopiando todos estos años: libros, videos, partituras, programas de mano, y revistas. Encadenado a un diccionario bilingüe conocí versiones originales.
Pero recién cuando mi amigo Bruce desmenuzó cada guiño, cada contexto, comprendí su inmensidad.
Confieso, que aún cuando el entendimiento me jugaba malas pasadas, lograba disfrutarlo. Adivinar en aquellas pequeñas dosis, la maravilla. Su talento traspasaba sin problemas la barrera de mis torpezas.
Muchos años después aprendí a viajar, y pude ver sus obras.
Anoche se murió Sondheim, y un segmento de mi adolescencia.
Pero aquí no hay telón final, maestro.
Apenas empezó el Segundo Acto.
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57 y 5ta.
Jardín del MoMA, Nueva York
Jardín de las Tullerías, París
Uno de los servicios de Google photos es registrar la localización y fecha de cada imagen.
Escalofrío.
Misma obra, mismo día, mismo mes.
¡…y 28 Minutos!
Mandinga’s thing.
Cuando grabé el video no sospechaba se volvería una metáfora pocos días más después: fantasmas ofertando vacío. 5ta Avenida, NYC
Con paciencia de abuelita, durante la última década retraté mi vida ignota. Me propuse construir una bitácora donde el ego y el pudor bailan un vals -la mayoría de las veces fuera de tempo-.
Le sumé además, a cada imagen una didascalia. Un epígrafe que subraya o destruye al mensaje. Y a esta combustión la bauticé: fotografía transtextual.
Ahora, con intención de publicar un libro sobre mis vacaciones, inicié una selección. En medio del encierro manipulo imágenes de aquella circulación sin corona virus.
La pulsión me atraviesa, y aunque leve que sea la hendija, los proyectos continúan su periplo. «De trip corazón» o «Viajes son los trapos» son los títulos que por ahora ganan para bautizar al libro.
3era. y 37
Williamsburg
Tammy Blanchard por lejos, es la mejor del elenco, 43 y 9na.
Cuando viajo voy bastante al Teatro, pero a Broadway no voy.
No me divierte pagar una entrada cara para ver espectáculos con emociones mecanizadas, lavadas. Por más que estén llenos de chiches y grandes producciones.
Admito el prejuicio, pero cuando veo bajar de los micros a los turistas para ver éxitos de Disney, rajo para el otro lado.
Y es que al Teatro le exijo. Justamente eso: ver Teatro. Emocionarme.
Anoche vimos “West Side Story” con Dirección de Ivo van Hove. La puesta en escena no incluye las míticas coreografías de Jerome Robins, así que yo seguía sumando desconfianzas.
A los pocos minutos de iniciado el espectáculo, la belleza de sus imágenes y la sinceridad con la que el elenco abordaba el material fue seduciéndome, maravillándome.
Empecé a llorar como un niño. Y como un adulto que sabe lo que está viendo.
Conozco mucho la pieza, y saber lo escena que vendría no me alejaba, sino por el contrarío me permitía disfrutar las decisiones que tomó el Director. Lo que hace Isaac Powell interpretando a Tony es fantástico.
Seguramente este trabajo va a dar la vuelta al mundo. Está plagado de hallazgos y sabrán sacarle partido. La función que vimos hoy fue de pre estreno. Entiendo que la semana que viene entra la prensa.
Y un detalle más para knockear mi prejuicio, el nombre de la sala: BROADWAY THEATRE.
La próxima vez que levante mi dedo de juicio me dan un zapatillazo en el marulo. Cuentan con mi total consentimiento.
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